Luego de la maniobra inicial, el aparato dio vueltas alrededor de la base, que orbita a 360 kilómetros de la Tierra, para que los astronautas que se quedaron en el lugar pudieran fotografiar el escudo de calor. La tripulación pasará el resto del día en inspecciones que son parte de los procedimientos de seguridad para confirmar que no haya daños.
Esta tarea se debe a que en 2003 el Columbia fue golpeado por un pedazo de espuma aislante que cayó de su tanque de nafta durante el lanzamiento. Como consecuencia de esto, se partió mientras volaba por la atmósfera para su aterrizaje en el final de la misión y murieron los siete viajeros que estaban a bordo. Hasta ahora, la Agencia Espacial Estadounidense (NASA, por sus siglas en inglés) no encontró roturas que impidan al Discovery aterrizar con éxito.
Larga tarea
Durante los nueve días que duraron los trabajos, los astronautas entregaron más de siete toneladas de comida, suministros, equipamiento y repuestos para la estación orbital de U$S 100.000 millones, un proyecto que comparten 16 naciones y que está cerca de se terminado, luego de más de una década de obras. Las provisiones incluyeron dormitorios para la tripulación y una trotadora de U$S 5 millones.
Durante tres caminatas espaciales, se llevaron cables de poder que serán usados para conectar el último nodo, llamado Tranquility, al resto de la Estación. También reemplazaron un tanque lleno de amoníaco que se usará para enfriar el laboratorio, y que está instalado en una plataforma de carga externa. Por último, se reparó un giroscopio que sirve para dirigir el proyecto.
La NASA espera completar la ISS a fines del 2010, con otros seis vuelos espaciales. La construcción comenzó en diciembre de 1998. La estación pesa actualmente unas 327 toneladas y su estructura está completa en un 84 %. (Reuters-DPA)
Fuente: La Gaceta
