· A menor temperatura ambiente, más debe trabajar el organismo para mantener la temperatura de equilibrio. Eso genera un gasto que requiere de calorías extras.
· Sin embargo, no puede atribuirse a estos cambios el hecho de que la persona aumente de peso, puesto que esto podría evitarse si se ingirieran los alimentos adecuados para estas condiciones. Además, esta demanda extra de calorías ronda apenas el 3 al 5 por ciento del total habitual. Esto varía según la temperatura media del lugar de residencia de la persona, y del grado de calefacción de los lugares en los cuales se desenvuelve a lo largo del día.
· En rigor, una de las principales causas del aumento de peso en el invierno es el abandono de la actividad física al aire libre. Por otro lado, se cae en el consumo de alimentos hipercalóricos tales como chocolates, salsas y guisos, en forma desmedida.
· Si bien nuestro cuerpo buscará naturalmente un aumento de calorías, en realidad no es necesario que éste sea tan marcado, ni recurrir a alimentos hipercalóricos, sino a aquellos que den naturalmente “sensación” de calor.
Algunos consejos
· Uno de los principales consejos que damos desde Sanatorio Diquecito para responder a las demandas del cuerpo en épocas frías sin caer en el exceso calórico, tiene que ver precisamente con orientar nuestra dieta hacia la ingesta de estos alimentos que ayuden a mantener el calor corporal y faciliten la generación de energía, sin sobrepasar los límites adecuados de calorías necesarias.
· Sugerimos reemplazar las ensaladas por panachés de verdura; las frutas frescas por compotas, que pueden comerse tibias; las verduras frescas en general por legumbres, lentejas, porotos y garbanzos, que dan calor al cuerpo.
· Además de comer la fruta en compota, existen algunos “trucos” para aclimatar el cuerpo sin agregar excesivas calorías. Una de ellas es establecer la sopa como plato central, variando su preparación entre el arroz, los fideos, la avena y la clara de huevo batida. Las sopas deben ser espesas si serán tomadas como plato único.
· A nivel líquido, se sugiere tomar muchas infusiones calientes al día en lugar de agua fresca. Éstas de por sí no tienen calorías, si se toman con edulcorante. Otra buena práctica es tomar caldos instantáneos, que si bien no tienen la consistencia suficiente para ser una comida central, mantienen al cuerpo en temperatura, aportándole pocas calorías extras.
· A nivel condimentos, se recomienda el picante, el pimiento. Estos dan la sensación de calor.
Buenas prácticas
· Los hábitos de alimentación, desde el punto de vista de las formas, no deben modificarse con el frío. No se deben aumentar las cantidades. Se debe mantener un buen desayuno, y almorzar más fuerte que lo que ingeriremos en la cena. Sin embargo esto es difícilmente practicable en nuestra sociedad, y por ello pretendemos al menos que la cena sea completa pero no pesada.
· Cocinar mucho utilizando el horno, y aprovechando así su calor. Se pueden hacer desde tartas hasta carnes al horno con verdura.
· Para mantenerse en línea durante el invierno se recomienda, además, no abandonar la práctica de actividades físicas, situación que suele darse luego del verano. Estas no sólo mantienen al cuerpo ejercitado sino que se convierten en una fuente de regulación de la temperatura. En este sentido siguen siendo importantes las caminatas al aire libre, la bicicleta, la natación y cualquier tipo de deporte. Hay que ver la actividad física como algo no estacional.
¿Cuánto se suele aumentar de peso en el invierno?
· Una realidad del consultorio es que baja marcadamente el nivel de consultas relacionadas con el sobrepeso durante la época fría del año. La gente desaparece en mayo, junio, y regresa a fines de agosto, cuando ya no están tan tapados de ropa y se aproxima el verano.
· Con respecto a los riesgos de exceso, hay distintos casos. Aquel que después de sus vacaciones de verano logró bajar los habituales kilos de más que adquirió durante sus días de descanso, puede que pase el invierno con aumentos muy leves. Pero si la persona “empalmó” el exceso de las vacaciones con la llegada del frío y sus consecuentes cambios alimentarios, es muy posible que la tendencia de aumento se acumule.
· Estadísticamente, aproximadamente el 85 por ciento de las personas que tienen tendencia al sobrepeso y a la obesidad recuperan en el invierno algo del peso que habían podido bajar. En cambio, la persona que no tiene esta tendencia va oscilando, y sube y baja sin esfuerzos.