Veló por su esposa embarazada hasta el final

(DIARIOC, 28/04/2011)A Daniel Peñaflor le duele todo. No sólo su cuerpo, magullado por el terrible accidente. También su alma. En un segundo, la vida del cosechero de limones cambió dramáticamente. Todos los proyectos que tenía con Miriam Vega, su esposa embarazada de seis meses, quedaron truncos en el río Lules. Allí, el colectivo en el que viajaba para ir a trabajar se desbarrancó, cayó varios metros y quedó destrozado. "Sentí la maniobra. Perdí el conocimiento. Es la primera vez que mi esposa y yo subíamos a ese colectivo. Y nos pasó esto. Yo me desperté arriba de la ambulancia. Ella estaba embarazada de seis meses; venía un bebé en camino. Y me enteré de qué habían muerto cuando salí de la guardia del hospital", afirmó, destrozado, Daniel.

El día era soleado en Lules. Pero la tragedia ensombreció la jornada y consternó a los vecinos.

A las 8.30, Pedro Silva conducía un colectivo Mercedes Benz (dominio UJS-561), de norte a sur, por ruta 301. El rodado se dirigía hacia una finca de Famaillá, donde una docena de cosecheros de limones debía hacer su trabajo.

Los expertos todavía no determinaron por qué el chofer perdió el control del vehículo. Pero en el lugar quedaron las huellas de su fatídico trayecto.

El ómnibus chocó contra las vallas de contención del viaducto; en su paso, se llevó puesto un poste del tendido eléctrico. Luego, se desbarrancó y cayó con la parte del techo en un montículo que había en el lecho del río Lules.

"Supe que debía llamar a la Policía no bien vi que el ómnibus caía. Supuse que terminaría en desgracia y se me congeló el cuerpo. Hubo gente que se acercó a romper los vidrios del ómnibus para que los cosecheros pudieran salir. Un hombre salió con todo el rostro ensangrentado y se desplomó en el suelo. El acompañante del chofer dice que al vehículo se le cortó la dirección", contó Carlos Ciares, un empleado municipal que presenció la tragedia.

Junto a él, una multitud de curiosos observaba detrás de la cinta blanca y roja el arduo trabajo de los rescatistas. Entre el ripio, los vidrios astillados y el poste de luz que habían caído con el colectivo, los especialistas hacían lo posible por socorrer a las víctimas.

"A través de las pericias se busca determinar si hubo una mala maniobra o si algún vehículo bloqueó el paso del ómnibus", explicó el jefe de la Unidad Regional Oeste, comisario mayor José David Leiva. En el siniestro intervino una dotación de Bomberos de Lules, el grupo CERO; personal del Sistema Provincial de Salud; y de la comisaría de Lules.

Unas siete ambulancias fueron usadas para trasladar a los heridos a diferentes hospitales.

Dramática intuición

Entre las personas que presenciaban las tareas de rescate estaba Amalia Peñaflor, cuñada de la mujer fallecida y hermana de Daniel. "Mientras lo sacaban del colectivo, mi hermano me pidió que me fijara si su mujer estaba bien. Cuando vi que a ella no la sacaban, temí lo peor", recordó, con pesar, Amalia.

Daniel ya está en su casa. Le dieron de alta porque las lesiones que había sufrido no son graves. Las heridas de su alma, lógicamente, tardarán mucho más en sanar.

Fuente: lagaceta.com.ar