Hoy, tanto el Frente Cívico y Social -columna vertebral de la UCR local- como el Frente para la Victoria, recién son capaces de asumir sus posturas y asegurar “sueltos de cuerpo” el final o ruptura de una alianza que la comunidad misma la escuchó desde el primer día o en octubre pasado durante las elecciones nacionales.
Todos creen haber culminado una etapa en donde se dijeron las verdades. No obstante, el ciudadano común es quien siempre se lleva la porción quebrantada de una espera insoslayable y con promesas, todavía sin cumplir -pero no para él mismo- para todos los catamarqueños que seguramente merecemos algo mucho mejor.
La Cámara Legislativa tampoco pasó ilesa de esta etapa de alianzas. En diciembre 2007, los bloques del PJ y FPV se unieron y lograron la presidencia de Diputados y si bien intentaron por todos los medios llevarse de la mejor manera, las peleas sucedieron y las separaciones llegaron finalmente. La más reciente, fue de la diputada Liliana Barrionuevo quien se mostró radicalmente en contra del matrimonio Kirchner y expresó su descontento sobre el actuar de algunos legisladores.
Con todo esto, es fácil darse cuenta de que muchos sectores vieron en las alianzas buenas oportunidades “personales y a corto plazo” e insistieron en mostrar a toda una sociedad la cara falsa de una moneda utilizada bajo el lema “a favor de los intereses de la provincia”.
Y ahora...
Sólo puede notarse como determinados sectores intentan reacomodarse y volver a las cargas.
En tanto, se preparan las internas de la Unión Cívica Radical, El PJ continúa su marcha -sin saber bien a donde-, el FPV se refuerza en la figura de la vicegobernadora y tantos otros seguirán su camino.
La única verdad, es que las rupturas de las alianzas o los divorcios de éstas son desde el primer día.
Pero...también se lo contemos a la sociedad, es necesario que lo sepa. Su voto vale desde el primer segundo aunque ellos muchas veces lo cuenten una sola vez.
Lobo,Esteban -Diarioc.com.ar