Traducido a docenas de idiomas en su larga trayectoria, el autor de "El nombre de la rosa" vuelve a un problema espinoso y frustrante que descubrió cuando intentaba traducir sin traicionar a Nerval y Queneau.
En una entrevista concedida al diario "La Reppublica", Eco recuerda que "Joyce hizo prácticamente la traducción italiana de alguna de sus obras. Y no intentaba decir las mismas cosas que el texto inglés, sino obtener, mediante conjuntos lexicales, efectos equivalentes. En el texto inglés hay un juego de monosílabos. Como en italiano son escasos, Joyce hace un juego de polisílabos larguísimos". (Télam)