Por cada 100.000 habitantes, 44,6 de ellos sufren un ACV que les causa la muerte, de acuerdo a datos de 2012 del Ministerio de Salud de la Nación.
"Cuando una persona reconocida atraviesa un delicado trance de salud, suele movilizar la preocupación de la sociedad sobre la importancia que los estilos de vida tienen sobre la salud de la gente", sostuvo el ministro Juan Manzur.
El ministro sostuvo que "la muerte de Gustavo Cerati debe ayudarnos a reflexionar acerca de la necesidad de adoptar conductas preventivas que nos alejen de factores de riesgo como el tabaquismo, el sedentarismo y la mala alimentación, que explican el 60 por ciento de las muertes en el mundo, entre las cuales se encuentra el ACV".
"Estas lamentables pérdidas deben empujarnos a tomar la decisión de cuidarnos individual y colectivamente, para no sufrir discapacidad y muertes evitables, sobre todo en personas jóvenes", añadió.
Asimismo, pidió estar "muy alerta a síntomas específicos de la enfermedad como adormecimiento de una parte del cuerpo y dificultades para hablar y comprender, para así poder realizar de manera temprana la atención médica".
El ACV se produce cuando el flujo se sangre es obstruido; y existen dos tipos de ataque, el isquémico y el hemorrágico.
El 75 por ciento de los accidentes se producen por eventos de tipo isquémico y se dan ante la formación de coágulos de sangre en las arterias que nutren al cerebro o cuando un coágulo que se generó en otra parte del cuerpo se instala en el cerebro.
Los de tipo hemorrágico provocan sangrados en el interior del cerebro o las capas que lo rodean ante la rotura de un vaso sanguíneo.
Un ACV produce súbitamente algunos síntomas y la atención médica inmediata aumenta las posibilidades de recuperación, al tiempo que disminuye la probabilidad de secuelas.
Cada minuto transcurrido es crucial para prevenir los daños del ataque sobre la actividad motora del cuerpo, el lenguaje, la visión, la actividad psíquica y, en última instancia, la muerte.
Algunos de los síntomas que pueden presentarse se relacionan con el adormecimiento de una parte del cuerpo (la mitad de la cara, un brazo o una pierna); las dificultades para hablar y comprender; o la pérdida total o parcial de la visión.
También puede aparecer la dificultad para caminar o pérdidas del equilibrio y coordinación; o fuertes dolores de cabeza (más intensos que una migraña corriente.
Fuente: Télam