"Nuestras autoridades hacen oídos sordos al reclamo de los pueblos. No somos manifestantes ni ambientalistas, sino personas comunes afligidas y preocupadas por lo que nos está pasando. El intendente dice no ser partidario de la violencia, pero permite que nos repriman; nos persiguen y cierran los micrófonos en los medios de comunicación municipales; distribuye el asistencialismo en el pueblo según su conveniencia, no responde a los petitorios e inquietudes de la población con respecto a los trabajos, inversiones y proyectos de la gran minería y sus consecuencias en el agua, el medio ambiente y los recursos naturales. ¿Qué es más violento?", dispararon los dirigentes santamarianos.