Prueba de esa premisa es el ritmo de publicación con el que se mueve en el terreno del policial. Desde 2012 ya llevan publicados 22 títulos de escritores argentinos, entre ellos, Ernesto Mallo, Álvaro Abós, Daniel Sorí­n, Miguel Gaya, Roberto Arlt, Ray Collins, Mónica Plöese, Sergio Sinay, Manuel Morini, Eduardo Goldman, Horacio Convertini y Jorge Yaco.
Además de los concursos, asociados al Festival de Literatura Buenos Aires Negra (BAN!) que van por su cuarta convocatoria, desde la colección redoblan su apuesta y durante 2015 publicarán diez nuevos títulos, algunos surgidos del certamen que presentan mañana en sociedad y que ofrecerá además 30.000 pesos para el ganador.
"La novela negra es el modo de contar que han elegido muchos narradores argentinos. Sin temas ni patrones ni estilos ni modos en común. No hay nada en común salvo el crimen y las ganas negras de contarlo. Eclecticismo total", analiza Sáez.
Por ejemplo, Kawamichi en Hotaru plantea una novela negra japonesa y erótica con montoneros y paisajes del conurbano; Convertini sorprende con un relato futbolero y de ciencia ficción en El último milagro y Matí­as Bragagnuolo con Petite Mort hace literatura ´snuff' (grabaciones de asesinatos, violaciones, torturas crímenes reales) que horroriza y conmueve.
También está Hora Zero, la vuelta del mítico detective Zero Galván de Ray Collins (Eugenio Zappietro) -ganador del primer concurso y reconocido guionista y escritor de policiales- que entrega un combo de narcotráfico y corrupción que se entremezcla con las propias miserias del protagonista.
Recientemente, además, se publicó El oro de Berlín, la primera novela de Jorge Yaco, un thriller político donde reconstruye los entretelones del partido comunista argentino durante la década del 70.
Otra novedad es La búsqueda del tesoro, donde Álvaro Abós compone una novela donde hampones, policías de dudosa calaña e investigadores internacionales giran en torno de un botín de joyas, robado el 17 de octubre de 1949 y escondido desde esa época.
Eclecticismo, como bien define el editor, es lo que atraviesa esta colección, pero además ¿hay renovación en los últimos años? "Los festivales -ejemplifica Sáez- visibilizan a los autores y los contacta con el público y entre ellos, y eso es bueno, pero no ayudan a renovar el género, logran que los escritores escriban para agradar a otros escritores, y eso poco tiene que ver con la literatura. La novela negra se vende por el autor, por la colección o por el tema".
A la hora de analizar la tarea de ser editor en Argentina, Sáez -que trabaja en un sello con tres décadas y capitales argentinos- sostiene que "es formar parte de la industria cultural y es una manera de crear trabajo. No todo es literatura en la vida del editor y una editorial, además de publicar los mejores libros, tiene la obligación de crear productos para mantener puestos de trabajo".
Para él, los paradigmas del negocio del libro "están cambiando abruptamente. No sólo por la llegada del soporte electrónico, sino por los hábitos y necesidades de los nuevos lectores. La mayorí­a de los clientes de las librerí­as no son lectores, son compradores. La lectura está en otra parte y los libros son un enigma perdurable en el tiempo", remata.
Para los escritores que estén trabajando en novelas policiales, esta colección abre su concurso para el 2015 y podrán enviar los manuscritos, sin obligación de seudónimo, desde el 1º de diciembre al 31 de marzo del año que viene al correo electrónico extremonegro delnuevoextremo.com.
Fuente: Télam