"Cuando están al acecho se mantienen erguidos sobre sus patas posteriores, apoyados en su larga cola de 20 centímetros, que funciona como trípode para mantener el equilibrio", detalló el Zoológico en un comunicado. La suricata es "uno de los pocos predadores que ataca sin dar ningún tipo de advertencia", explicó el veterinario del zoológico Miguel Rivolta.
(Télam)