Buenos Aires, 12 de mayo (Télam, por Jorge Boccanera).- En soledad, enfermo y en medio de penurias económicas, murió días atrás el novelista argentino Néstor Sánchez, rodeado por el olvido en su casa de Villa Pueyrredón, a pesar de una obra que fue elogiada, entre otros, por Julio Cortázar y el peruano Mario Vargas Llosa.
En una carta reciente, decía a un íntimo amigo radicado en Neuquén: "No tengo una sola persona a quien recurrir en demanda laboral, las puertas están cerradas y me faltan los amigos capaces de encarnar y comprender una necesidad tan aguda y cargada de todo tipo de angustias a propósito del porvenir inmediato". (Télam)