Juan Manuel Arias, a quien todos llaman “Johnny”, uno de los cuatro hermanos de María Marta, caminó desde su vivienda hasta el cementerio La Misericordia de La Banda. Lo hizo con sus dos hijos pequeños, a quienes en los últimos veinte días, vio poco porque estuvo más en la capital tucumana que en la vecina ciudad.
“La noche anterior al veredicto del tribunal no pude dormir; se me cruzaban imágenes de las fotos del expediente: cómo había quedado el cuerpo de mi hermana, cómo le arrancó los ojos y otras cosas más; no he podido descansar un momento”, recordó ayer “Johnny”, quien en las últimas semanas, se levantaba a las cuatro de la madrugada para viajar a Tucumán a las 5.30 junto a su hermano Claudio, con quien estuvo en todas las audiencias.
Fue el único día en que la sonrisa perenne de María Marta -que siempre está en la mente de “Johnny”- se esfumó entre las crudas imágenes que realizó personal de Criminalística y del Cuerpo Forense de la provincia de Tucumán y que obran en el voluminoso expediente.
“La imagen de mi hermana, que siempre estará en mi mente, es sonriente, como está en todas las fotos que tenemos; ella vivía alegre”, afirmó emocionado frente a la fotografía que está en el monumento donde están sus restos mortales.
La familia no sólo guarda recuerdos. También se quedaron con cosas materiales que pertenecían a “Martita”, como también la llamaban. “Johnny” tiene parte de esos bienes que reúnen parte de la vida de su hermana. Un día su mamá, Marta Alonso de Arias, le dio un anillo que siempre usaba Marta en su mano izquierda, además de prendas de vestir y de un sombrero que se colocaba para cubrirse del sol por la enfermedad de lupus que padecía y evitar que se agravara su estado de salud.
“Anoche, le he dicho a María Marta muchas cosas, algunas me las reservo para mí. Le di las gracias, porque nos ha dado fuerzas y contención en este proceso que llegó a su fin y que terminó como nosotros queríamos: con Justicia y con la condena de este tipo”, señaló.
Fuente/ elliberal.com.ar
