(DIARIOC, 06/12/2010) El calor no tiene piedad con los cientos de peregrinos que comenzaron a transitar a pie el camino a la capital catamarqueña para visitar, con algún pedido o en cumplimiento de una promesa, el santuario de la Virgen del Valle. Sedientos y las primeras llagas en los pies, los devotos repiten un ritual iniciado hace décadas.