Del Mazo y Perantuano han dirigido secciones del diario Clarín; se han ido de ese diario; publican habitualmente en diversos periódicos y revistas, locales y extranjeras, y trabajaron sin fanatismo sobre un grupo que suele desatar fanatismos.
Si en el origen está la ciudad de La Plata, el viaje iniciático de los hermanos Beilinson a la Europa del 68, con sus estancias en Londres, donde Skay alcanzó a ver, entre otros, a Jimmy Hendrix, la Cofradía de la Flor Solar, Kubero Díaz, Morci Requena, la pasión por el cine de Solari, sus idas y vueltas a Valeria del Mar, también está la ideología libertaria sobre la cual jamás cedieron, incluso en los momentos más seductores.
Así, también, la performance poética del Indio, capaz de escribir un slogan como una letra por demás críptica; la ausencia de bajadas de línea; la mezquindad en el trato a Luis Alberto Spinetta; la capacidad comercial (y de negociación) de Poli Castro; los pasos de comedia de quienes quedaron afuera del pogo más grande del mundo cuando las cuentas se contaban por millones.
Este cronista, a los pocos meses de llegar a la ciudad de las diagonales, en una fiesta antes de la salida de Gulp!, pudo conversar un rato con el Indio y Skay por intermedio de uno de sus primeros bajistas, Fenton -en la actualidad tiene su propia banda. De aquella noche quedaron las cabezas estrelladas en un cielo con estrellas de diamantes.
En esa época, de transición para el grupo, ya casi instalados en Buenos Aires, sobresalen las presencias del Mufercho y del Doce, monologuista estrella, especialista en Martin Heidegger el primero, hacedor de redonditos de ricota y algo más el segundo, cuando los conciertos eran como performances.
Estás buscando un pequeño infierno para vos se opone conceptualmente a esa estrella era mi lujo, donde -maneras dialécticas- convivían en un mismo mundo, ese donde todo preso es político, incluso de su libertad, esa que ha visto tanto hermano muerto, tanto hermano enloquecido, cierto, pero jamás vendido al mejor postor. (Télam).-
Fuente: Télam
