Las Monjas comentaron que durante la jornada se tomó como eje el Evangelio de San Juan 15, 1-8. “Hemos orado, reflexionado y compartido sobre nuestra identidad de miembros de la Vid verdadera: Jesucristo”, indicaron, agregando que “el culmen del día fue la celebración de la Eucaristía, el sacramento de la Reconciliación, y nos hemos enriquecido con el testimonio varios hermanos que han caminado en la fe dejándose guiar por Dios”.
Asimismo, manifestaron que “queda mucho por caminar en nuestra vida de jóvenes, confiamos en el Señor, en su gracia que nos sostiene en esta vocación de ser miembros de la Vid verdadera. Una experiencia que nos anima a perseverar en el empeño por el encuentro con Jesús vivo, y una confianza en el Señor que cumple su promesa: ‘Estoy con ustedes hasta el fin de los tiempos’”.
