El esclarecimiento del caso comenzó ayer, cuando un joven salteño (22 años), alquiló un remis con el fin de trasladarse desde Villa Ojo de Agua hacia Sumampa. Supuestamente, viajaba por cuestiones de negocios.
Al arribar a la ciudad de destino, el pasajero le solicitó al chofer que lo llevase a un taller mecánico, ubicado en la zona del paso nivel sud. Allí debía retirar un bolso que había dejado hace unos días. Al regresar el pasajero del local, le indicó al conductor que lo llevara urgente de regreso a Ojo de Agua.
Ésta actitud le llamó la atención al remisero, quien es policía y se desempeña en la Seccional 31. Por esa razón, es que puso en conocimiento de sus pares lo sucedido y sugirió que se investigase al salteño.
La situación fue tan rara, que las autoridades del Seccional 31 le solicitaron a sus pares de la 33 de Sumampa que averiguaran que había hecho el pasajero cuando se presentó en el taller del barrio Este de dicha ciudad.
Para sorpresa de los investigadores, el dueño del taller reveló que hace unos días, se había presentado un grupo de gente extraña con una camioneta que tenía unos desperfectos mecánicos. Se la dejaron para que la arreglase.
En horas de la mañana de ayer, uno de ellos había retirado un bolso que estaba en interior del rodado. En la oportunidad, el foráneo le prometió que en los próximos días retiraría el vehículo.
Cerca de las 11.30 de ayer, personal de la Seccional 31 interceptó y detuvo al salteño terminal de ómnibus de Ojo de Agua. Al pedirse sus antecedentes personales, surgió que tendría un frondoso prontuario.
En la sede policial, el joven habría reconocido que él había viajado el fin de semana junto a otros sujetos en dos vehículos marca Ford -una modelo Ranchero y la otra una Ranger doble cabina blanca-. Como se rompió uno de ellos, trasladaron la cocaína hacia el predio del ferrocarril y la enterraron en dos lugares diferentes.
Personal policial logró detectar la mercancía clandestina a través del olfato del perro Athos, a unos 500 metros y en la misma dirección donde se encontró, el pasado fin de semana, el otro cargamento del estupefaciente.
El mismo estaba distribuido en dos bolsos de viaje (uno negro y el otro rojo), distribuido en 52 paquetes. Estaba presentado en forma de ladrillo, cuyo destino era la capital de Córdoba. Desde allí, un nuevo grupo se encargaría de trasladar la droga hasta Buenos Aires para enviarla a Europa.
Fuente/ elliberal.com.ar
