"Es una conexión desde otro lugar -expresó-. Si bien Azul tiene una movida cultural relacionada con el Festival Cervantino, estas cosas hacen a una actividad literaria más fuerte. Cuando yo era chica, desde acá, veía a la literatura como una cosa idealizada. Esta cercanía sirve para verla desde otro lugar, mucho más posible".
Para Navarro, "lo más novedoso me parece que es la oportunidad de darle lugar a la producción literaria en el lugar, las bitácoras, que consisten en visitar distintos puntos de la ciudad y de ahí generar un relato. Porque siempre se habla mucho, hay debates armados, pero escribir acá es algo diferente".
Según Almada, autor de la novela "Lengua muerta" y uno de los responsables de la editorial independiente Alto Pogo, "lo interesante es que se trata de algunos días en donde podés estar en contacto con escritores, editores y lectores, a través de una relación mucho más relajada".
"Podés sentarte a charlar en cualquier lado con muchos autores que hemos leído y nos gustan. Se intercambian cosas que sirven como lectores, que es lo todos somos en definitiva", dijo el escritor, que participó del panel Tensiones Regionales, sobre la circulación de libros y el trabajo del editor.
Y explicó: "No me sorprende que se haga esto en Azul porque ya se viene trabajando desde la parte cervantina, pero creo que a partir del Filba se van a aprender muchas cosas como las formas de armar debates, las charlas, los paneles. Algo destacable es la concurrencia de los chicos del secundario a las actividades".
"Como azuleño me parece maravillosa esta posibilidad, porque uno también viene a aprender cómo armar algo. Igual que en el proceso literario, está bueno ver como son los procedimientos para generar este tipo de encuentro, hay mucho trabajo alrededor", sostuvo.
Y afirmó que "hoy es mucho más fácil publicar y este tipo de eventos abren puentes para eso. Ahora me encuentro armando una antología de escritores azuleños; hace dos años, no tenía ni cinco escritores en el listado, ahora hay muchísimos, es un cambio notable".
"Lo bueno es la diversidad de la charlas y de enfoques, porque hay escritores noveles, gente que recién empieza, y autores reconocidos, que tienen una gran obra", expresó Almada.
Y apuntó: "Eso fomenta un vínculo interesante, porque no se deja de aprender nunca. Esto, además, le da otro aire a la ciudad, otra vitalidad, vemos mucha gente interesada, preguntando, buscando libros, hablando con los autores. Creo que a partir del Filba se encienden muchas posibilidades a futuro".
Fuente: Télam