"No fue un investigador del teatro puro o alguien que llegó a la dramaturgia desde el laboratorio teatral; fue un dibujante de comics y desde ese vértigo de la imagen abordó el teatro y la novela para imprimirle a ambos géneros una impronta única y peculiar: una estética que llamo `teatrocómic´ o `novelacómic´", explicó Rosenzvaig en diálogo con Télam.