Si ni siquiera el polen de las flores se puede disfrutar, las ráfagas arrasan con todo, confirmando que hasta el tiempo ha cambiado.
Este año, pronostican que las últimas dos estaciones serán secas, con pocas lluvias, mucho calor y muy inestables.
El pronóstico de Ana Eller, encargada del Servicio Meteorológico, resulta poco gratificante para quienes aguardan con ansiedad una precipitación pluvial que erradique el polvillo de la atmósfera. Y todo parece indicar que la primavera se irá con los vientos.
“Hay malos augurios para el clima. El tiempo de sequía tiende a prolongarse año tras año, sobre todo en nuestra región. Es importante recordar que las pasturas están secas, que hay probabilidad de incendios, y sobre todo que comienza un período de mucho viento y de forma constante, más aún en el Valle Central. Lo que hace que el ambiente se vuelva vulnerable a los incendios”, advirtió la especialista.
Por otro lado, explicó que a raíz del desplazamiento de una masa de aire, se justifican las bajas temperaturas, pero aseveró que las mismas son comunes en esta época del año.
Además, anunció que se espera una prolongación de sequía en la provincia. “La única lluvia que tuvimos en septiembre fue de 5 milímetros, lo cual es muy bajo y no soluciona nuestro problema ambiental”, dijo Eller.
Con respecto a esta masa de aire fresco y húmedo, destacó que la misma “se desplaza del sur hacia el norte y suelen bajar las temperaturas, pero es muy posible que a la altura tengamos un desvío de la masa que generará abundantes precipitaciones en la Pampa y en el sur de Córdoba”.