Al ver los primeros síntomas que poseía el pequeño, sus padres comenzaron a realizar trámites en el mes de marzo de este año en el Ministerio de Salud para poder conseguir el chaleco y los medicamentos necesarios, pero debido a burocracias y tramites engorrosos, hasta el momento no pudieron recibir lo necesario, mientras tanto las cicatrices del niño siguen creciendo.
Desde la empresa ortopedista dijeron que solo esperan que se acredite el pago del ministerio para poder entregárselo, pero como las autoridades salientes estaban en proceso de transición, este cambio político afectó seriamente al pequeño Amaro a quien ahora se le deben realizar en forma mas continua infiltraciones, por consiguiente tiene costos adicionales en compra de inyecciones y vacunas que cuesta cada una $180.
La desesperación de su madre lo llevó a realizar esta publicación para simplemente “ser escuchada”. Espero que los diarios y radios de la capital se solidaricen conmigo y a través de ellos poder llegar al oído de las nuevas autoridades, que seguramente al ver a mi hijo conocerán nuestro sufrimiento.
Los costos de viaje hasta capital desde Fiambalá son significativos, los que muchas veces debo hacerlo simplemente para llenar un papel que después se extravía o se traspapela. -Expresó la madre del pequeño-.
Desgraciadamente por inoperancia e ineptitud administrativa, sumado la burocracia de las autoridades salientes del Ministerio de Salud, producen que niños como Amaro y otros cuantos en la provincia deban padecer estos sufrimientos por el solo hecho de ser pobres y no tener simplemente alguien que lo vea y los escuche, tienen que aprender a convivir con el sufrimiento de un humilde.
Sus padres tienen grandes esperanzas que las nuevas autoridades a nivel provincial puedan dar una solución a este niño que a pesar de su corta edad ya sufre al verse a un espejo, aparte del dolor que significa este padecimiento.
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