De esta manera, los usuarios deberán reemplazarlas por las lámparas de bajo consumo, las LED o las incandescentes halógenas, según publicó este martes el diario Clarín en su edición impresa.
Si bien las nuevas lámparas son más caras, tienen una vida útil 50 veces mayor que las tradicionales y su uso permitirá reducir entre un 30 y un 70 por ciento el consumo de energía destinado a la iluminación.
Por ejemplo, las incandescentes halógenas tienen un precio más parecido al de las clásicas (una de 42 watts, equivalente a una de 60 watts de las tradicionales y ronda los 10 pesos), pero las duplican en vida útil y consumen un 30% menos.
Además las halógenas son poco contaminantes y soportan el apagado y encendido frecuente y las variaciones de tensión, según explicó el ingeniero investigador del Conicet, Carlos Kirschbaun.
Respecto de las de bajo consumo, hay que tener en cuenta que encenderlas y apagarlas muy seguido les disminuye la vida útil y que, por contener mercurio, son contaminantes.
En ese sentido, desde Greenpeace sostienen que aún siendo así, los beneficios que aportan al medioambiente estas lámparas las hacen convenientes, pero recomiendan no tirarlas con la basura domiciliaria y esperar a que se dicten normas sobre su tratamiento.
Para el reemplazo de las tradicionales bombitas, el Programa Nacional de Uso Racional de Energía Eléctrica (Pronuree) recomienda a los usuarios coordinar el cambio con su municipio, con su distribuidora eléctrica o con las diferentes asociaciones de defensa del consumidor.
Fuente: minutouno.com.ar
