La ceremonia religiosa se llevó a cabo en instalaciones del Palacio de Deportes, ubicado en el Parque 9 de Julio, en la vecina ciudad de Tucumán.
Acompañaron al mandatario provincial, el ministro de Gobierno, Raúl Cipitelli, el secretario de Gobierno de la Municipalidad de la Capital, Pablo Magín. Además, participó una nutrida delegación de autoridades eclesiásticas encabezadas por el actual Obispo Elmer Miani.
De esta manera, Urbanc se despide de sus actividades en la vecina provincia de Tucumán, para arribar a Catamarca donde tendrá la responsabilidad de conducir la Iglesia catamarqueña.
Cabe recordar, que Urbanc nació en Buenos Aires el 25 de julio de 1958, siendo ordenado sacerdote el 30 de mayo de 1982, habiéndose perfeccionado sus estudios en 1984 en la ciudad de Roma. En octubre del 2000 Juan Pablo II lo distinguió con el título de Prelado de Honor de Su Santidad, mientras que el 14 de noviembre de 2006 monseñor Adriano Bernardini, nuncio apostólico, le comunicó que el Papa Benedicto XVI lo eligió Obispo Coadjuntor de Catamarca.
Durante la ceremonia religiosa, Urbanc asumió como “un gran desafío” la responsabilidad de conducir la iglesia catamarqueña, a la cual le “otorgará toda su capacidad religiosa para fortalecer la palabra de Dios y trabajar en beneficio de cada uno de los catamarqueños”.
Finalmente, se le hizo entrega al obispo coadjutor el anillo que representa a Jesús, el pectoral que es la cruz que llevan colgada los obispos y la mitra.
Por su parte, Miani saludó a los presentes en la ceremonia y agradeció el acompañamiento del pueblo tucumano, ya que “hemos venido desde Catamarca a buscar un hermano que se encuentra muy arraigado en esta tierra. Y eso es un gran honor”.
Al término, de la ceremonia el mandatario catamarqueño consideró “un honor” haber participado de un acto de gran importancia para la feligresía catamarqueña, como fue la ordenación episcopal de Luis Urbanc.
Cabe recordar, que esta es la primera vez en los 97 años de la diócesis catamarqueña, que un obispo en funciones pide un ayudante que luego ocupará su sillón una vez que se aleje.
Concretamente, el obispo Miani solicitó un coadjutor en noviembre de 2005, en una carta que remitió al Papa Benedicto XVI, argumentando razones de salud. Se trata de un pedido especial fue porque aún no cumplió la edad de 75 años, cuando según el Derecho Canónico estaría en condiciones de dimitir.
