CAPITAL FEDERAL, Noviembre 07 (Por el Ingeniero Héctor Espina, Presidente del Directorio de la Administración de Parques nacionales) La Administración de Parques Nacionales (APN) es el organismo al cual el Estado Nacional le ha encomendado y confiado custodiar, difundir y abrir al mundo, las muestras emblemáticas del patrimonio natural y cultural de los argentinos
La existencia de las Áreas Protegidas habla de la riqueza de un país que planifica su futuro y desarrolla su presente. Por ello, los Parques Nacionales deben transformarse en instrumentos del desarrollo sustentable y como tales representar verdaderas oportunidades de crecimiento, trabajo y equidad social, dinamizadores de las economías regionales.
La presencia de un Parque Nacional no sólo asegura -sin demandar inversión alguna a la provincia beneficiada - la conservación del área involucrada, sino que además colabora en la irradiación de prácticas de manejo sustentable a las zonas vecinas y garantiza -como una marca registrada de prestigio- la presencia de un atractivo cada vez más preciado por la industria turística nacional e internacional.
Asimismo, brinda servicios ambientales directos e indirectos de incalculable valor al conjunto de la sociedad, mejorando la calidad de vida de los habitantes.El 98% de la superficie de las áreas protegidas bajo jurisdicción nacional tiene controles reales: cada unidad tiene una asignación presupuestaria específica, y cuenta con una dotación de agentes del Cuerpo de Guardaparques Nacionales para su vigilancia, además de la presencia preventiva de Brigadistas de Incendios Forestales, especialmente instruidos en esta materia.
{adr}Todo esto se completa con la labor un equipo técnico interdisciplinario especializado en la temática de conservación cuya distribución regional asegura una cobertura integral de la demanda técnica.
En este sentido, el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), regulado por la Ley Nacional 22.351, ha ido evolucionando tanto en su aspecto legal y operativo, como en materia de variedad y extensión de los ambientes que hoy involucra. Esto, a pesar de las interrupciones constitucionales, de la alternancia de gobiernos democráticos de diferente concepción ideológica e incluso de las sucesivas y graves crisis económicas. El mandato que imponen el artículo 41º de la Constitución Nacional y el Convenio sobre Biodiversidad ampara legalmente la existencia del sistema.
La convicción del Estado Nacional y de las provincias argentinas, en cuanto a la importancia de garantizar la conservación del patrimonio natural de todos los argentinos y de evitar que éste quede expuesto a intereses sectoriales o a las crisis coyunturales, afortunadamente no es materia de discusión.
Si consideramos que es nuestra responsabilidad el administrar estos espacios protegidos para las presentes y futuras generaciones, resulta imperioso seguir desarrollando una planificación estratégica de largo plazo para que las políticas institucionales no se vean condicionadas por el acotado tiempo de una determinada gestión de gobierno.
El rol del Estado en la conservación
La diversidad biológica y cultural de un país integra el patrimonio del conjunto de la sociedad; y por ello debe ser conservada, resguardada e incrementada para beneficio de todos los habitantes.
La experiencia his tórica demuestra que -abandonados a las reglas del mercado y a la mayor o menor conciencia "ecológica" de los agentes económicos- los recursos naturales y culturales sufren un deterioro constante y progresivo que directa o indirectamente va en detrimento de la población.
El Estado tiene entonces el deber de garantizar la preservación de ese patrimonio a través del uso sustentable de los recursos, para que las actividades que se desarrollen en el presente no comprometan el futuro y los intereses colectivos de la sociedad sean resguardados.
Es por ello que el Estado Nacional debe mantener, desarrollar y gestionar el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), como una de las herramientas de conservación fundamentales para el mantenimiento de la diversidad biológica, del patrimonio natural y cultural, así como de los rasgos paisajísticos más sobresalientes de Argentina. Es un compromiso de todos los argentinos con nuestro futuro.(CampoNOVA.com)