El proyecto de ley, que fue girado a Diputados para su sanción definitiva, fue presentada por el senador de la Capital, Ramón Figueroa Castellanos. La misma establece además que el Salón Mayor de la Fiesta Nacional e Internacional del Poncho se denomine “Atuto Mercau Soria”.
La Cámara de Senadores de la Provincia de Catamarca, otorgará a la familia del aludido artista, una placa recordatoria, como testimonio de su aporte a la Cultura Catamarqueña.
“Quienes tenemos la responsabilidad de legislar para proponer actos de justas causas, ciertamente nos sentimos dichosos de poder horrar la memoria de un hombre pequeño en su estatura física, pero enorme en la estatura del talento: Atuto Mercau Soria”, señaló al fundamentar la iniciativa, el senador capitalino. “Dicen también que los homenajes a los grandes tienen su justo valor cuando se realizan en vida del elegido en este caso, debemos admitir que Don Atuto, más allá de la muerte, vive y tiene presencia inagotable a través de generaciones de cantores que bebieron de su fuente luminosa a la hora de crear”, agregó el senador Figueroa Castellanos.
“Su casi incomparable sentido de pertenencia con la tierra de sus mayores, nos eximen de mayores comentarios en lo que significa nacer, vivir y morir por y para Catamarca, desde que vio la luz en su Valle Viejo natal, caminó por la vida alimentándose con el paisaje de su gente, al que hizo propio como una cédula de identidad, por esos designios de los iluminados que sólo Dios sabe”, manifestó además el legislador.
“Humilde como pocos. Generosos al momento de compartir su arte. Poeta con mayúsculas. Si parece que cuando escuchó aquello de “Serás lo que debas ser…”, se inspiró en su primera creación “primero Catamarca, después Catamarca…siempre Catamarca”, refirió.
Por último recordó que “nos dejó un legado que, con los años, es la tesis perfecta para los aspirantes a rendir para folklorista “CANTALE CHANGO A MI TIERRA”. Quienes así entendieron la savia y profética frase, pueden atesorar el título de cantor catamarqueño, y el desafío es hacerlo con absoluta dignidad. El maestro vigila, atento. Porque como dijimos antes, su presencia sigue y seguirá por siempre entre nosotros”.
