Toques de campanas
Hasta avanzado el siglo XX y en ausencia de teléfonos fijos, móviles, blue too y demás chiches tecnológicos, las campanas de las iglesias servían no solamente para llamar a misa. Anunciaban novedades importantes, casamientos y bautismos ilustres, visitas de purpurados y la muerte de algún vecino cuando tocando a duelo impregnaban el aire de angustia y dudas: ¿quién murió? Y la cantidad de campanadas medían a veces la importancia del difunto. Funcionaban entonces como un medio de comunicación con sonidos sutilmente diferentes que el pueblo escuchaba y sabía interpretar. Tan importante era el sonido de las campanas en un mundo con mucho menos ruido que el actual, que en todas las iglesia, hasta en las de los lugares más alejados había, tal cual hoy, un campanero que era el encargado de cuidar con celo las llaves de los campanarios y de tocarla solamente cuando la ocasión lo ameritaba.
Siguiendo esta antigua tradición de la época colonial Turismo Municipal experimentó el pasado Jueves Santo un mini concierto de campanas que apenas duró unos minutos pero que bastaron para poner la piel de gallina cuando en una brillante tarde catamarqueña a las 19 en punto empezaron redoblar en forma conjunta la Iglesia de San Francisco, las de la Catedral Basílica, las del Corazón de Jesús y el Corazón de María y del Colegio del Carmen y San José. Si bien fue un hecho experimental que demandó un considerable esfuerzo de coordinación y de apoyo de las iglesias de la ciudad. Estas iglesias nuestras que forman parte de nuestro más preciado patrimonio arquitectónico.
Esta primera experiencia debería repetirse en todas las festividades de la ciudad para revivir viejas épocas y recordar que las campanas de nuestras hermosas iglesias de los siglos XVII, XVIII y XIX todavía nos pueden brindar mágicos sonidos.
Paseos en Bici por la capital de montaña
Una familia sanjuanina, que un día de Semana Santa pasó por el Centro de Cultura y Truismo y accedió por el cartel a dar un paseo en bici guiado por la ciudad estaba feliz. No era para menos, la posibilidad de llegar en bicicleta todos juntos a conocer la Gruta de la Virgen Morena del Valle ni la habían soñado.
Es que este nuevo servicio ofrecido por el Instituto Municipal de Turismo sorprendió gratamente a los turistas que en estos feriados de abril eligieron Catamarca. Se trata de una modalidad implantada por vez primera en la ciudad y de uso muy frecuente en todas las ciudades del mundo, incluso en Buenos Aires. La ciudad de Catamarca permite un recorrido interesante en bici incluso accediendo en minutos a lugares como el Jumeal, etc.
