La mayoría eran inmigrantes pobres, campesinos, que hablaban alguno de los muchos dialectos regionales de Italia. Los primeros en llegar durante el siglo XIX, fueron a cultivar tierras y se organizaron en colonias agrícolas, mientras que los que arribaron en los comienzos del siglo XX, ya sin acceso a la propiedad rural, comenzarían el arduo camino de la sobrevivencia en los conventillos porteños.
"El impacto fue formidable: géneros teatrales, músicas y un efímero dialecto surgió de estos recién llegados. El cocoliche, lengua mixta y fronteriza, fue el modo que encontraron para comunicarse entre sus dialectos y el español", cuentan desde el Museo.
Así, esta exhibición que se extenderá hasta mayo del año que viene se apoya en una premisa: los barcos trajeron lo que se esperaba -hombres y mujeres dispuestos a trabajar y a poblar- junto a lo inesperado, la complejidad cultural y la variedad lingüística.
Esa presencia "inesperada" y extendida es la que le da cuerpo a esta exposición con objetos, paneles, fotografías, mapas e historias que se puede recorrer, con entrada libre y gratuita, de martes a domingos de 14 a 19 en avenida Las Heras 2555.
Fuente: Télam