La Academia abrió sus puertas el 3 de abril de 1963 en el mismo lugar donde funciona hoy, sobre calle Prado entre Junín y Maipú. Allí Oscar “Piriqui” Pérez, quien ya estaba vinculado a las danzas a través de la Escuela Provincial de Danzas, pudo materializar su deseo de contar con un lugar para formar y enseñar a la niñez una actividad que abrazó por años con mucha pasión y supo transmitir a sus hijos.
Desde ese momento la academia vio pasar por sus salones cientos de chicos, algunos ya hombres que decidieron continuar con las danzas o volvieron a la academia para acercar a sus hijos al zapateo y el baile.
Hoy uno de los hijos de Piriqui, Oscar, quien comenzó a los 17 años a trabajar junto a su padre, continúa con la obra que a diario forma a miles de catamarqueños.
