"Respetamos la posición de aquellos que todavía apoyan el uso de la pena de muerte y creemos que todas las personas tienen derecho a ser protegidas contra el crimen y la violencia. Sin embargo, consideramos que las ejecuciones por parte del Estado no deben tener lugar en el siglo XXI. Los sistemas de justicia modernos deben aspirar a más que sólo una represalia", señalaron en torno al debate por la aplicación de la pena capital.
El llamamiento será realizado por ministros de Relaciones Exteriores de estados tanto abolicionistas como no-abolicionistas, en la convicción que "el intercambio y la cooperación son necesarios para que juntos alcancemos sistemas judiciales más efectivos y más humanos".
Luego, los cancilleres enumeraron las objeciones a la pena de muerte y señalaron que "contrario a la creencia popular, no existe evidencia alguna que respalde el argumento de que las ejecuciones detienen o previenen el crimen, incluyendo delitos relacionados con drogas".
"Ningún sistema judicial está completamente exento de error, lo que significa que una sentencia de muerte puede recaer en un inocente. Frecuentemente, las penas capitales son desproporcionadamente impuestas a personas pobres, vulnerables y marginadas, agravando la discriminación en contra de los más débiles en la sociedad", añadieron.
También señalaron los diplomáticos que "las penas capitales fracasan en proveer compensación equiparable o consuelo espiritual a las víctimas de crímenes o a sus familias. Ejecuciones por parte del Estado resultan en más odio y violencia, un efecto completamente opuesto a lo que los sistemas de justicia modernos deberían aspirar a alcanzar".
La postura será firmada por Timerman y Burkhalter y los cancilleres Julie Bishop (Australia), Saliou Akadiri (Benín), Mauro Vieira (Brasil), Moussa Bédializoun Nébié (Burkina Faso), Manuel González Sanz (Costa Rica), José García-Margallo y Marfil (España) y Ratu Inoke Kubuabola (Fiji).
También Albert Ferreros del Rosario (Filipinas), Lener Renauld (Haití), Claudia Ruiz Massieu (México), Edgars Rinkēvičs (Letonia), Béatrice Jeanine Atallah (Madagascar), Lundeg Purevsuren (Mongolia), Børge Brende (Noruega), Grzegorz Schetyna (Polonia) y Feridun Hadi Sinirlioğlu (Turquía).
Fuente: Télam