Ayer, desde temprano, (y al igual que hoy), los portales de noticias comenzaron a hablar sobre el estado de salud del ex gobernador de facto. Inclusive, algunos medios nacionales llegaron a confirmado su deceso, hecho que a los pocos minutos fue desmentido por su familia. En rigor, el crítico estado de Bussi fue el tema más comentado en las redes sociales. Incluso llegó a ser trend topic en Twitter durante varias horas, a partir de la tensa discusión pública entre quienes apoyan y quienes denostan la figura del ex mandatario.
Su esposa, Josefina Bigoglio, permaneció durante todo el día en la sala de terapia intensiva, mientras que su hijo Ricardo entró y salió del edificio ubicado en avenida Mitre al 700. En reiteradas oportunidades el titular de Fuerza Republicana se acercó para dialogar con los periodistas. "Mi papá es un hueso duro de roer", dijo en una de sus intervenciones.
Pasadas las 18, llegó a la clínica su hijo mayor, Luis José Bussi. Posteriormente arribó su hermana, Claudia Bussi desde Buenos Aires. También se encuentra en Tucumán su otra hija, María Fernanda Bussi. Cuando caía la tarde, la familia decidió amenizar la espera en un bar ubicado en Mitre y Santa Fe. Los hijos varones optaron por ubicarse en mesas separadas.
Una vez juntos, los cuatro hermanos resolvieron qué hacer con los restos del ex militar. Ricardo Bussi se inclinaba por realizar un velatorio en esta provincia, pero primó la decisión de efectuar una ceremonia religiosa íntima y luego trasladarlo hacia Pilar (provincia de Buenos Aires). Bigoglio, además, tiene decidido radicarse en esa localidad una vez que se produzca el fallecimiento de su marido.
Fuente: LA GACETA ©
