Catamarca
Jueves 24 de Abril de 2025
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 (Información Local)

Políticos impregnados de una avaricia que ciega

Los catamarqueños asistimos desde hace tiempo a las permanentes disputas de los dirigentes, tanto del oficialismo como de la oposición política en la provincia y muchas veces nos preguntamos los reales motivos de los cruces verbales, de las diatribas y vilipendios con que impregnan sus discursos.
Pero en los últimos días los protagonistas de las comidillas diarias del periodismo desenmascararon aún más sus bajezas, sus ambiciones desmedidas y sus capacidades para alzar la espada contra un semejante o sumirse arrodillado ante el mismo semejante, solo basta que conozca cuales pueden ser sus ganancias una vez realizada la acción.

A eso asistimos en los últimos días, a la demostración de la avaricia más cruda que dejaron ver los políticos y no tan políticos que buscan afanosamente una foto o una nota para figurar y con ello reclamar, pedir, mendigar.

Ya vimos en las dos convenciones de los partidos mayoritarios de la provincia que los políticos de larga trayectoria se convirtieron lisa y llanamente en padrinos a los que ni siquiera les hace falta levantar la voz, pues tienen serviles y lacayos que lo hacen por ellos, y no sólo levantar la voz, mucho más, pero muchísimo más son capaces de hacer quienes se sostienen del saco de quienes hoy ostentan cargos importantes en la provincia.

Que haya un Luis Barrionuevo dentro de la estructura orgánica del Partido Justicialista, que discursivamente tenga más claro el panorama que el resto acerca de lo que es realmente la política y de qué se necesita para hacerla, o que haya un Oscar Castillo que represente un peso específico imposible de disimular en la estructura de la Unión Cívica Radical o del Frente Cívico y Social que a estas horas es prácticamente lo mismo, se puede aceptar. Pero saber que ahora todos quienes acompañaban a los líderes, hoy llevan el equívoco convencimiento de ser potables para una elección, provoca un poco de náuseas en la población.

Según la definición que sostiene la Real Academia Española, avaricia es el afán desordenado y desmedido de poseer y adquirir riquezas para atesorarlas. Pero lo ideal sería atesorar riquezas decentemente logradas o adquiridas, cosas que en Catamarca no sucede con los políticos avaros de poder y dinero, cegados por el perfume embriagante y adictivo de un cargo importante.

Y erróneamente están convencidos porque perciben que la política nacional algo les puede dejar en sus arcas personales, sí, personales, porque nadie quiere ser soporte de nadie, por lo menos eso lo dejó entrever el enredo de dirigentes justicialistas el último fin de semana.

Lo realmente triste y lamentable es que esa afanosa búsqueda del acomodo por uno o más períodos se impone por goleada a un real interés por las necesidades coyunturales de un pueblo, y ni hablar de las necesidades estructurales, porque para comenzar con cambios estructurales en un Estado o un país como el nuestro, debe comenzarse por los cambios de actitudes, principalmente de los políticos. Pero eso es solo una expresión de deseo, casi diríamos una utopía, por más desalentador que suene el término.

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