“Debemos repudiar en forma enérgica estos actos de vandalismo que son la expresión de la intolerancia manifiesta contra la comunidad judía argentina” afirma Collantes en la iniciativa, a la par que sostiene que el 17 de mayo de 2009, “los argentinos vivimos una jornada de preocupación. Un grupo de personas, según, testigos directos del hecho, relataron a TELAM que fueron miembros del Frente de Acción Revolucionaria (FAR) quienes interrumpieron con golpes e insultos la
celebración del 61º aniversario de la creación del Estado de Israel, realizado en la Capital Federal”.
Al respecto exterioriza que el acto que se desarrollaba en la avenida de Mayo y debió ser suspendido por treinta minutos y que en medio de los disturbios el embajador de Israel, Daniel Gazit, quien tuvo que ser trasladado con custodia policial hacia la jefatura del gobierno porteño.
“La celebración por el 61 aniversario de la independencia del Estado de Israel había sido organizada por el Gobierno Porteño, y la Embajada de Israel, hasta que fue interrumpido de forma violenta y con agresiones verbales de tono xenófobo, y que según el embajador Israelí en Argentina, Daniel Gazit, ´Esto fue un acto de barbarie, contra esto luchamos, esto es terrorismo`, y agregó de que se ´trata de una amenaza a la democracia, y que esta ´gente busca la violencia aprovechando cada oportunidad no dejando que se festeje con tranquilidad`”, puntualiza.
En este sentido, Collantes también remarca en la iniciativa que todos los actos de violencia de las que somos victimas tanto en el plano internacional como nacional, deben ser rechazados, porque la vida en comunidad y la coexistencia pacífica entre los individuos se torna riesgosa. Y agrega: “Muchos de los actos, antes mencionadas, no solamente
infringen normas nacionales y locales, sino también internacionales, debido a que se esta vulnerando el Derecho al Honor, a la integridad territorial, y a la independencia política de los Estados formalmente reconocidos en ámbito jurídico internacional”.
Resalta además, que la Constitución Argentina, establece la libertad religiosa, la libre asociación, y sostiene con jerarquía constitucional numerosos tratados sobre derechos humanos, por ello es inaudito que facciones violentas irrumpan en un acto público, de una comunidad que por factores religiosos, políticos y sociales, deban sufrir agresiones, y se conviertan en victimas de la intolerancia, la falta de entendimiento a una comunidad que desde hace tiempo integra
nuestra cultura nacional.
Finalmente, subraya que se debe tener presente que la democracia “no solamente se construye con ideas y pensamiento, sino que debe existir un puente que nos lleve a la acción para lograr la custodia permanente de los valores democráticos en nuestra comunidad”.
