El cargo de auditor municipal fue instituido en la Carta Orgánica Tinogasteña en 2006 y Muñoz iba a ser la primera persona en ocuparlo. Pero Quintar se empecinó en evitarlo y la mujer no pudo nunca hacerse con el puesto, a pesar de que la propia Corte de Justicia de la Provincia le ordenó a la Municipalidad habilitarla.
Como Quintar y sus funcionarios son machos, no acataron la sentencia. Y arguyeron para eso, precisamente, que la auditora estaba acusada en una causa que ellos mismos le habían iniciado y que ahora, al caerse, la deja en condiciones de iniciar una demanda para cobrar tres años y medio de sueldos que se le adeudan, con los correspondientes aguinaldos y vacaciones. Y además, la dama podrá avanzar por los daños que le provocaron las decisiones de Quintar y su elenco.
La causa iniciada en contra de Muñoz también involucraba al ex intendente Hugo Ávila, que el 10 de diciembre asumirá otra vez como jefe comunal. Muñoz había sido secretaria de Hacienda de Ávila. Ambos fueron denunciados por la gestión Quintar y detenidos por presuntas malversaciones con las regalías mineras. Pero la causa empezó sucia porque el lord mayor y sus funcionarios no pretendían aclarar cuestión alguna sobre la inversión de las regalías, sino impedir que Muñoz los controlara. El final está en sintonía con tan serio inicio.
La Justicia terminó anulando el proceso. No hay fallo en torno a la utilización de las regalías durante la administración de Ávila, como no lo hay en ninguna causa sobre el uso de recursos mineros. Porque en lugar de tratar de arrojar luz sobre ese tema transcendente, las investigaciones se utilizan como elemento de maniobras políticas. Otro ejemplo de los perjuicios derivados de la inversión de prioridades.
Gentileza: vocesescritas.com.ar
