La Justicia entendió que Pablo Antonio Amín fue el autor material de la muerte de su esposa, de acuerdo con lo señalado por los jueces de la Sala II de la Cámara Penal, Emilio Herrera, Alberto Piedrabuena y Emilio Páez de la Torre.
Los jueces consideraron a Amín como imputable, dado que los defensores Roberto Flores y Martín Zottoli habían solicitado la absolución y que se lo internara en un neuropsiquiátrico.
Los fiscales Marta Jerez y Daniel Marranzino habían pedido la reclusión perpetua por el delito de homicidio calificado por ensañamiento, la misma pena reclamada por la querella, representada por el letrado Mario Leiva Haro.
En sus últimas palabras ante el Tribunal, Amín pronunció unas frases en árabe, pero el Tribunal le indicó que ninguno de los jueces hablaba ese idioma.
Una vez leída la sentencia, Juan Manuel Arias -uno de los hermanos de la víctima- intentó llegar hasta Amín para golpearlo, pero fue impedido por la policía y sólo alcanzó a insultarlo.
Amín, oriundo de Santiago del Estero, intentó en todo momento ser declarado inimputable, e incluso de las 11 jornadas que duró el juicio debió ser retirado en cuatro ocasiones de la sala, debido a disturbios que ocasionó.
Desde las primeras jornadas, los defensores sostuvieron que el acusado era inimputable, pero la mayoría de los especialistas -15 de 13- opinó que simulaba y que era "perfectamente consciente" de sus actos y de lo que hizo.
El 28 de octubre de 2007 empleados de un hotel descubrieron a min pateando el cuerpo inerte de su esposa, y él mismo le confesó luego a la fiscal Adriana Reinoso Cuello, que había estrangulado a María Marta, y tras cortarle los párpados le arrancó los ojos con las manos.
Fuente: 26 Noticias
