La víctima, una abogada, reveló en el juicio oral que por lo que vivió tuvo problemas para dormir durante un año, temor a salir a la calle, rechazó trabajos y se mudó tres veces por temor a represalias de los delincuentes. También dijo que en la ocasión no denunció el intento de abuso sexual porque se sentía avergonzada.