El letrado sospechado fue careado con un policía por sus contradicciones y podría abandonar su celda en una comisaría para ser trasladado a una cárcel local.
A todo esto hay que sumarle que otro abogado local se negó a encabezar su defensa penal, por lo que una defensora oficial siguesiendo su única aliada, pese a que en Salta hay 3.800 letrados.