A pesar de ser menor de edad, en aquel tiempo, ella logró imponerse en el territorio de los experimentados. A fuerza de éxitos y caídas comenzó a "ganar" fama entre sus pares, quienes le pusieron un apodo nuevo: "La Cucú". Por esa actividad, supo "engordar" un frondoso prontuario de varias carillas, donde aparece citada con sus dos alias.
Con el paso del tiempo, la joven se cansó de tener que salir "a pescar" por las peatonales. Además, había nacido su hijo, era madre soltera. Entonces empezó a buscar un cambio en su rutina callejera. "La Ceci" cambió de rubro en el mundillo delictivo. Aprendió el arte de seducir a los hombres con una clásica estrategia, basada en la simpatía, una marcada sensualidad y especialmente una muy buena labia para hacer caer a los "clientes" en una telaraña de engaños.
Con esas herramientas, "La Ceci" salía de noche a trabajar. Solía sentarse en un bar para elegir a su posible víctima con paciencia oriental. Después ponía en práctica sus viejas trampas hasta convencer al "cliente" y hacerse invitar a la casa. Dormía a sus víctimas mezclando pastillas y bebidas para robarles. "La Ceci" es una mujer de 27 años. Ella es de tez blanca y de cuerpo delgado. Solía frecuentar la zona de "El Bajo" en los alrededores de la vieja terminal de ómnibus.
Los parroquianos de los bares de esa zona conocían de las andanzas y de sus pretensiones, pero de vez en cuando aparecía un "novato" que indefectiblemente mordía el anzuelo de la falsa seducción.
Otros territorios
La Policía sospechaba que "La Ceci" actuaba con ayuda de uno o dos cómplices. Esa conjetura se asienta en el hecho de que la mujer extendió sus dominios fuera de la provincia. Llegó a operar con esas artimañas en la capital salteña y tuvo éxito. Sin embargo, dejó huellas y la Policía de Salta emitió una orden de captura.
La mujer no se amilanó por la presión policial. Por el contrario, decidió trasladarse a otros territorios, donde no podía ser reconocida. Así comenzó a desplegar sus "habilidades" en Las Termas de Río Hondo, cada vez que llegaba la temporada alta de turistas. Más tarde, entusiasmada por el éxito de sus raid delictivo extendió su campo de acción hasta llegar a la capital santiagueña. Pero, después de varios meses, volvió a tropezar.
Aquella vez, la Policía santiagueña efectuó el pedido de captura y "La Ceci" no tuvo más alternativa que achicar su territorio y regresó a Tucumán, donde ya era buscada por la Policía local. "La Ceci" tenía experiencia para moverse sin llamar la atención. Pero cometió un error y cayó de la manera más sorprendente.
Era una noche más en avenida Benjamín Aráoz 150, de esta ciudad, cuando los suboficiales José Bazán y Segundo Barrionuevo, de la sección Leyes Especiales, se percataron de una fuerte discusión entre varias personas. Al final se detuvo a todo el grupo por desorden en la vía pública.
Luego, el subcomisario Rubén Soria, de la sección Leyes Especiales, constató que entre los detenidos estaba "La Ceci", famosa por su prontuario. Sorprendidos, los policías descubrieron que la mujer de los engaños fue atrapada por una contravención. Ahora está alojada en la Brigada Femenina.
Fuente: lagaceta.com.ar
