“Dejamos en manos de la justicia humana la clarificación del hecho y su correspondiente pena, y encomendamos a la Misericordia Divina el arrepentimiento y la conversión del hermano transgresor”.
“Y roguemos humildemente a nuestro Padre celestial para que extirpe de nuestra Iglesia y de nuestra sociedad estos males, nos conceda la pureza y rectitud de corazón, y la fuerza para enderezar todo lo que en nuestra vida personal y social se encuentre torcido”.
“A la Madre del Valle le pedimos en este Septenario que nos consiga de su Hijo, Salvador de todos los hombres, la justicia y la misericordia para reparar o que se ha quebrantado y para volver a encontrar y salvar lo que se ha perdido”, finaliza el comunicado.