El presidente sirio agregó que el jefe del Gobierno turco se cree un "nuevo sultán otomano" y considera que "puede extender su dominio bajo un nuevo paraguas a toda la región", como en los tiempos del Imperio otomano.
"Él (Erdogan) piensa para sus adentros que es un califa", enfatizó.
El premier turco encabeza la ofensiva contra el gobierno sirio y desde hace meses ya impulsa la necesidad de una intervención militar extranjera para apoyar a los rebeldes y acabar con el gobierno de Al Assad.
Al Asad, por su parte, cree que las fuerzas gubernamentales podrían acabar con los rebeldes que actúan en el país "en cuestión de semanas" si éstos dejaran de recibir suministros logísticos del exterior, y señaló a Turquía como su principal fuente.
"Turquía apoya más que cualquier otro país el tráfico de armas y de terroristas", subrayó el mandatario y atribuyó esta situación a la postura del primer ministro turco.
Sin embargo, indicó que pese a las tensiones entre las autoridades de ambos países no considera posible el estallido de una guerra entre Siria y Turquía.
Respecto a la eventualidad de una intervención armada desde el exterior, Al Assad manifestó que no cree que "Occidente se encamine en esa dirección", pero que si lo hace, "nadie podrá pronosticar lo que sucederá después".
"El costo de tal invasión, si llega a suceder, será más grande de lo que el mundo entero pueda tolerar", advirtió.
Asimismo, negó que el conflicto tiene lugar en Siria sea una guerra civil, aunque admitió la existencia de "divisiones". "Mis enemigos son el terrorismo y la inestabilidad en Siria. Esos son nuestros enemigos", enfatizó.
Al Assad fue categórico al señalar que no abandonará Siria incluso en el caso de que abandone la jefatura del Estado: "Yo no soy un pelele, y no fui hecho por Occidente para ir a Occidente o a cualquier otro sitio. Soy sirio, soy de aquí, y tengo que vivir y morir en Siria".
"Occidente siempre crea enemigos.
En el pasado fue el comunismo, luego el islam, y después fue Saddam Hussein, por otras razones. Y ahora quieren un nuevo enemigo representado por Bashar", dijo.
Finalmente, no dudó en asegurar que repetiría la misma estrategia que utilizó el 15 de marzo, cuando se iniciaron los enfrentamientos: "Haría exactamente lo mismo: pedir a los diferentes bandos comenzar un diálogo y hacer frente a los terroristas".
Y a la pregunta sobre si tiene algo de qué arrepentirse respondió: "No ahora. Cuando se esclarezca todo, entonces podremos hablar de los errores, y sin duda los hay".
Fuente: Télam