En las últimas semanas hubo una fuerte escalada de la tensión en Jerusalén, donde a diario la policía se enfrentó con los palestinos que rechazan las restricciones impuestas por Israel para ingresar a la Explanada de las Mezquitas
El hecho ocurrió después del mediodía cuando el atacante, identificado por la Policía israelí como Ibrahim al Akari, de 48 años, arremetió con su vehículo contra tres agentes de la Policía de Fronteras israelí que trataban de cruzar la ruta que separa las partes este y oeste de Jerusalén.
A continuación impactó con otros dos vehículos y después se bajó y golpeó a otros transeúntes con un hierro, antes de ser muerto por agentes armados, informó la Policía.
En las últimas semanas hubo una fuerte escalada de la tensión en Jerusalén, donde a diario la policía se enfrentó con los palestinos que rechazan las restricciones impuestas por Israel para ingresar a la Explanada de las Mezquitas, así como la expansión de los asentamientos israelíes.
Los palestinos montaron protestas diarias y arrojan piedras en contra de los intentos judíos por cambiar el status del complejo que alberga la mezquita de al Aqsa y la Cúpula de la Roca.
La Explanada, que los israelíes identifican como el Monte del Templo, es controlada por la vecina Jordania, según el acuerdo de paz que este país firmó con Israel en 1994.
Allí sólo pueden rezar los musulmanes, aunque desde hace años Israel sólo permite el ingreso de mujeres, niños y personas mayores.
Formalmente los judíos sólo pueden visitar el lugar, aunque no pueden rezar.
Sin embargo, los judíos nacionalistas quieren recuperar el lugar para destruir las mezquitas y levantar allí, donde alguna vez se erigieron dos antiguos templos judíos, un tercer lugar de culto.
Esta mañana la policía irrumpió en la Explanada disparando granadas de aturdimiento y balas de goma para dispersar a los fieles musulmanes, e hirió a varios de ellos, dos de gravedad.
Además, bloquearon el acceso con cadenas y barreras de acero debido a que un grupo de nacionalistas judíos quería ingresar al recinto, informó Azzam al-Khatib, director del Departamento de Dotación y Asuntos Religiosos de Jerusalén, citado por la agencia palestina Maan.
Los llamados "Fieles del templo" habían convocado para hoy en la explanada a una oración por su dirigente y rabino Yehuda Glick, blanco de un atentado palestino la semana pasada y que aún se encuentra en estado grave.
Glick fue atacado tras brindar una charla a sus seguidores en la que instaba a recuperar la Explanada para poder rezar ahí.
Los enfrentamientos entre los palestinos y la Policía se extendieron rápidamente en los callejones de la ciudad vieja y decenas de niños en su camino a la escuela se vieron afectados por el gas lacrimógeno.
Una vocera policial israelí confirmó los enfrentamientos y precisó que "manifestantes enmascarados lanzaron piedras y petardos a las fuerzas de seguridad que luego entraron en el Monte del Templo y empujaron a los manifestantes de vuelta dentro de la mezquita", explicó usando el término judío para el complejo venerado por ambas religiones.
En tanto, Jordania anunció hoy el retiro de su embajador en Israel en protesta por "las violaciónes" israelíes en Jerusalén y sus lugares sagrados, informó la agencia estatal de noticias jordana y agregó que va a presentar una queja formal ante el Consejo de Seguridad de la ONU sobre las acciones de Israel en Jerusalén.
La violencia ha ido en aumento desde que en julio un adolescente palestino fue quemado vivo en venganza por la muerte de tres estudiantes ortodoxos en la ocupada Cisjordania, hecho que dio inicio a la última ofensiva militar israelí en Gaza donde más de 2.100 palestinos y 70 israelíes murieron.
Además de la tensión por las demandas judías de extrema derecha para poder orar dentro del complejo, está el problema en torno a la sistemática expansión de los asentamientos judíos en Jerusalén este y Cisjordania, dos de los tres territorios palestinos ocupados desde 1967 junto con la Franja de Gaza.
"Nada bueno saldrá de aquí. No sé qué puede ocurrir, pero nada bueno", dijo Fuad Yalayal, un palestino del vecino barrio de Siloé, donde en las últimas semanas un grupo de colonos se instaló en varias viviendas que adquirieron a través de terceros.
Analistas políticos temen que los sucesos de estas últimas semanas den lugar a una tercera intifada (levantamiento popular), después de las que tuvieron lugar entre 1987 y 1993, y la de 2000 a 2005.
Fuente: Télam