Aliados secundarios de Estados Unidos en el ataque a Irak, los kurdos pueden convertirse en un fuerte dolor de cabeza para las tropas invasoras, de romperse el difícil equilibrio que sostienen estas últimas con el ejército turco, socio estratégico en la OTAN, tradicional represor interno de los rebeldes kurdos, y siempre interesado en el petróleo de Kirkuk y Mosul, ciudades vecinas al Kurdistán iraquí.
Se cree que unos 10.000 soldados turcos ya se encuentran en el norte de Irak, donde Ankara mantiene desde 1997 una presencia militar discreta, sobre todo para luchar contra los guerrilleros kurdos turcos del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)que se refugiaron allí.. (Télam-SNI)