Si bien no existen números oficiales, se estima que más de 2.000 europeos, entre ellos al menos 200 británicos, viajaron al país árabe para combatir al ejército del presidente Bashar Al Assad.
Citando fuentes oficiales, la BBC explicó que el principal temor de Londres es que al volver estas personas "busquen radicalizar a jóvenes para lanzar ataques terroristas en suelo británico y el exterior".
En un intento de frenar esto, el gobierno intenta presionar a las empresas proveedoras de Internet para que bloqueen el acceso a videos online que considera funcionen como anzuelo del extremismo, aunque estén en servidores de otros países.
Cuando las filmaciones están alojadas en el extranjero, sobre todo en Estados Unidos y Medio Oriente, Londres no sólo no tiene jurisprudencia, sino que además los archivos están protegidos constitucionalmente por el derecho de expresión.
Sin embargo, el gobierno británico sí puede convencer a las firmas que proveen Internet en la isla y que funcionan como puerta a esos archivos, para restringir su acceso.
Distinto es el caso si las imágenes o documentos están en servidores británicos, ya que tanto la policía como la justicia ya tienen la potestad de demandar directamente su eliminación.
La fuerza especial que se encarga del tema, la Unidad de Contraterrorismo en Internet, señaló que desde febrero de 2010 hasta la fecha se borraron más de 21.000 "archivos ilegales de contenido terrorista".
Fuente: Télam