"Tenemos que ponernos las pilas porque hay que acelerar la revolución frente a las amenazas imperiales, no podemos aceptar amenazas ni sanciones del imperio estadounidense, vamos a acelerar y a radicalizar la revolución, no estamos jugando", señaló Maduro.
El mandatario admitió el clima de disenso interno que tomó estado público a fines de junio pasado, con severas críticas a él y a su gobierno de parte de dos ex ministros, y advirtió que "las diferencias hay que tratarlas dentro de la hermandad revolucionaria".
"Hay que renovar todo, desde abajo hasta arriba, todo renovado", dijo, pese a que el congreso ratificó a todos los integrantes de la junta directiva del PSUV, informaron las agencias de noticias AVN, ANSA y EFE y el diario caraqueño Ultimas Noticias.
Esa exhortación se corresponde con el anuncio de que producirá un "sacudón" de su administración, que Maduro hizo en reiteradas ocasiones en los últimos 40 días y para lo cual inició el 22 de julio una "revisión completa del sistema de gobierno, ministerio por ministerio".
Uno de los principales temas de discusión en el congreso que se inició el sábado pasado fue la política económica que debe seguir el gobierno para enfrentar una situación determinada por alta inflación (60,9 por ciento en los 12 meses a mayo pasado) y escasez de divisas y de bienes de consumo, entre otros factores.
Por un lado, Maduro convocó a realizar en noviembre próximo una "conferencia especial" del congreso del PSUV, "con la participación de invitados internacionales", para "definir el plan económico de transición hacia el socialismo productivo".
Por otra parte, declaró abierto "el debate sobre el nuevo sistema de precios justos de combustibles internos", que implícitamente será sobre la magnitud de aumentos, pues agregó que "todo el dinero que venga de los ingresos por este concepto va a un fondo de inversión del país y sus necesidades".
En Venezuela, el litro de nafta de 91 octanos cuesta siete centavos de bolívar y el de 95 octanos, 10 centavos de bolívar, lo que significa que llenar un tanque de 60 litros cuesta entre 67 y 95 centavos de dólar, mientras en la mayoría de los países el litro de nafta cuesta alrededor de un dólar, detalló el diario El Mundo Economía y Negocios.
Otro tema de interés es la situación cambiaria, luego de que el ministro de Energía y Minas y vicepresidente económico del gobierno, Rafael Ramírez, proclamara la próxima "convergencia" de los tres tipos de cambio oficiales.
Ramírez lo anunció por primera vez el 14 de junio, en una conferencia de financistas reunida en Londres, y lo ratificó el 6 de julio, cuando agregó que sucedería "en el corto plazo".
Con un rígido control cambiario desde 2003 y una fuerte dependencia de las importaciones -el vicepresidente Jorge Arreaza afirmó en marzo pasado que la industria local sólo satisface 40 por ciento de la demanda-, fue generándose una escasez de divisas que alimentó la inflación y el desabastecimiento.
Desde su asunción, en abril de 2013, Maduro intentó en varias ocasiones flexibilizar la política económica mediante medidas tales como diálogo con empresarios privados, designación de funcionarios más pragmáticos y el desdoblamiento del mercado cambiario, pero esos ensayos chocaron con la resistencia de los sectores más radicales del chavismo.
Ahora, tras el congreso partidario que lo revalidó como sucesor de Chávez y con la debilidad de la oposición -esta semana renunció el jefe de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Ramón Aveledo, y el ex candidato presidencial Henrique Capriles admitió que la coalición puede fracturarse-, Maduro quedó con el camino allanado para intentar superar la crisis económica.
Fuente: Télam