Guillermo Mellicovsky, su dueño, dejó Argentina en 1992 "huyendo de la odisea de (Carlos) Menem y (Fernando) Collor de Melo, entre otros mandatarios de esa década", dice con nostalgia, mientras disfruta del notable incremento en las ventas que le trajo la marea humana que por estos días circula por el centro de Amsterdam.
Fuente: Télam