Al mismo tiempo que se conocían estas nuevas cifras de víctimas, fuentes policiales de la localidad de Al Tuz, a unos 200 kilómetros al norte de Bagdad, informaban que al menos tres personas murieron y otras trece resultaron heridas en un atentado.
Según el relato reproducido por EFE, las víctimas fallecieron cuando un coche bomba, conducido por un supuesto suicida, explotó cerca de una sede del partido comunista y de un mercado popular en el centro de Al Tuz.
En tanto, en el noreste de Bagdad, en la provincia de Diyala, presuntas fuerzas policiales y militares atacaron un campamento de refugiados iraní de Ashraf, dejando un saldo de 20 muertos y decenas de heridos, en un hecho inmediatamente condenado por la ONU.
Una fuente del campamento, citada por la agencia nacional de noticias iraquí Nina, que pertenece al sindicato de periodistas, aseguró que fuerzas del Ejército y tropas especiales de la Policía iraquíes atacaron el lugar, localizado en el pueblo de Al Jales, informó EFE.
Según un comunicado de un vocero del campo de refugiados, Shahriar Kia, a cinco de las víctimas fatales les dispararon mientras tenían las manos atadas.
Además el texto denunció que los atacantes incendiaron gran parte de las propiedades de los residentes del campamento.
Actualmente unos cien militantes de la organización opositora iraní Muyahidin Jalq residen en ese campo de refugiados, cerca de la frontera con Irán.
Otros 3.400 han sido trasladados en los últimos meses al de Liberty, cerca del aeropuerto internacional de Bagdad, como un primer paso para sacarlos de Irak.
Los miembros de ese grupo fueron acogidos y protegidos por el entonces presidente de Irak, Saddam Husein, tras el triunfo en 1979 de la Revolución Islámica en su país y especialmente durante la guerra entre Irak e Irán que se extendió durante casi toda la década de los ochenta.
La organización Muyahidin Jalq fue fundada en los años sesenta para luchar contra el sha de Persia, y después de la revolución islámica combatió contra el liderazgo clerical iraní, y en los ochenta se alió militarmente con Hussein contra la República Islámica vecina.
Teherán los considera terroristas y, aunque en 1990 depusieron oficialmente las armas, algunos países aún mantienen a esta organización iraní en su lista negra.
Muchos de sus miembros se pasaron al opositor Consejo Nacional de Resistencia de Irán, que lucha con el apoyo de Washington y otras potencias occidentales contra las autoridades de ese país.
Por eso, en septiembre pasado fue retirado de la lista de organizaciones terroristas de Estados Unidos.
Desde que asumió en Bagdad un gobierno de mayoría chiita, estos opositores iraníes han perdido el amparo oficial en Irak y hasta sufren el acoso del gobierno para dejar el país.
Fuente: Télam