En un comunicado, Bouckaert denunció que en el centro de Roszke los refugiados tienen que pasar hasta días en condiciones precarias, con suciedad, sufriendo hambre y sin asistencia médica, informó la agencia de noticias EFE.
HRW, que citó a refugiados en Roszke, señaló que éstos llamaron la atención sobre casos de refugiados que han sufrido ataques cardíacos o convulsiones y hasta de "recién nacidos con fiebre alta y vómitos que no recibieron asistencia médica".
Las condiciones en las instalaciones de Roszke indican que las autoridades húngaras, incluida la policía, no son capaces de alojar y alimentar al creciente número de solicitantes de asilo e inmigrantes de una manera humana, señala HRW.
Las autoridades húngaras han interceptado en lo que va de año a más de 170.000 refugiados que entraron en el país de manera ilegal.
El punto de reunión de Roszke es desde hace semanas una fuente de tensión para muchos refugiados que pasan allí horas y hasta noches sin poder seguir hacia los centros de acogida o hacia Budapest.
Centenares de refugiados tratan de huir de ese lugar y dirigirse hacia los centros de registro o Budapest, de donde pueden seguir en tren hacia países occidentales, como Austria, Alemania o Suecia.
HRW también denunció que las autoridades no le han autorizado a entrar en el centro de registro de Roszke pero que pudieron entrevistar a refugiados, quienes relataron que muchas veces tienen que esperar detenidos más de las 36 horas que determina la legislación húngara como máximo.
"Las autoridades húngaras deberán solicitar con urgencia la asistencia de las Naciones Unidas y de organizaciones no gubernamentales humanitarias, para satisfacer las necesidades de los inmigrantes y solicitantes de asilo detenidos y para acelerar los procedimientos de registro", recalcó el comunicado.
Fuente: Télam