Mar del Plata, 15 de marzo (Télam, por Paulo Pécora, enviado especial).- Una cantidad de público que superó al de todas las ediciones anteriores, el nivel parejo de la mayoría de los filmes exhibidos y la firma de dos importantes convenios de coproducción e intercambio cultural fueron algunos de los hechos salientes de una nueva edición del Festival de Cine de Mar del Plata, cuyo brillo -aunque discreto- quedó opacado hacia el final por el affaire "Valentín".
La decimoctava edición del festival estuvo marcada por un decidido cambio de dirección en la búsqueda de una identidad propia, más cercana al cine iberoamericano e independiente que a grandes producciones internacionales, que le es muy difícil conseguir debido a la cercanía de otros cértamenes tan importantes como Berlín y Cannes. (Télam).-