La estructura de la pieza se caracteriza por un creciente suspenso que conduce al espectador de sorpresa en sorpresa, hasta que desemboca en un final imprevisible.
Me interesó el tema de fondo -confesó el director a Télam- la profunda reflexión que encierra sobre la naturaleza del mal. Siempre se nos ha enseñado que podemos hacer el bien y soslayar el mal, que siempre es de naturaleza diabólica. Pero lamentablemente el mal está instalado en nuestra sociedad y en nuestro mundo de una manera cada vez más omnipresente y tenemos que aprender a convivir con él". (Télam)