Dicha inauguración efectuada ayer contó con la presencia de 350 personas, entre quienes se encontraban representantes de los trabajadores, de la Asociación Obrera Minera Argentina –AOMA- de la Cámara Argentina de Servicios Mineros –CASEMI-, de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros –CAEM-, del Instituto para la Exploración y Exploración Minera –IPEEM-, autoridades provinciales, trabajadores y alumnos de la escuela N. Savio.
Casposo es un proyecto de oro y plata, ubicado en la localidad sanjuanina de Calingasta, que demandó una inversión de más de 225 millones de pesos para su puesta en marcha; generando más de 800 puestos de trabajo directos e indirectos.
Las máximas autoridades de la operadora minera anunciaron una nueva inversión por 82 millones de pesos, para continuar ampliando el desarrollo del proyecto.
Durante el acto, el Intendente de Calingasta, Robert Garcés, agradeció el apoyo del gobierno nacional y provincial, para poner en marcha el primer proyecto minero en la localidad.
En este sentido, Mayoral anunció que este será el primero de una serie de emprendimientos que se pondrán en marcha en este departamento sanjuanino, con inversiones por arriba de los 15 mil millones de pesos.
Al respecto, el Gobernador de la provincia se refirió a la importancia del desarrollo minero en San Juan, para la creación de infraestructura, generación de empleo y crecimiento regional.
Cabe recordar que Casposo demandó la construcción de 176 km de tendido eléctrico y una estación transformadora.
Finalizado el acto, las autoridades recorrieron las instalaciones del proyecto y la planta de fundición.
La puesta en marcha de Casposo, sumada a los emprendimientos de envergadura internacional que se vienen inaugurando en le país, se suman al mejor momento de la minería nacional, consolidando a nuestro país, como uno de los principales productores mineros del mundo.
Pero con la minería a cielo abierto eso ya se está terminando. Toda la agricultura y vinos de San Juan están siendo contaminados por el URANIO y otras sustancias químicas, que arrastra el polvillo que levantan las explosiones en las minas Veladero, Gualcamayo, ahora Casposo, y vienen más.
Por ello digo que lamentablemente no voy a comprar más esos exquisitos vinos ni otros productos de San Juan, porque están siendo contaminados.
Lo lamento, pero mi familia está primero, mucho antes que los sanjuaninos que no supieron defender su suelo.