"En una economía como la argentina que hoy tiene niveles de pobreza del orden del 55 por ciento y de indigencia del 25 por ciento de su población total, y con el carácter regresivo que tiene el impuesto inflacionario, ello significaría estar apostando a cerrar el conflicto del frente fiscal y asumir el riesgo de la apertura de un nuevo frente de conflicto quizá hoy mucho más complicado como lo es el frente social", señaló.
En su informe semanal, la Fundación indicó que "el primer bimestre de este año cerró con una percepción de relativa calma en la evolución de los precios, ya que en febrero la inflación descendió considerablemente (a un nivel del 0,6 por ciento)".
(Télam)