Pero fundamentalmente el golpe fue para la economía estadounidense, que tambalea entre un dólar cada vez más débil, la tendencia alcista del petróleo y la profundización del derrumbe de varias de sus industrias.
El desarrollo de los acontecimientos en el frente de batalla, donde se demora el control sobre territorio iraquí por parte de las tropas aliadas, que ya acusan varias bajas y algunos prisioneros, sumado a la delicada situación geopolítica que se está perfilando en la región, provocó un derrumbe general de los mercados bursátiles.
Las pérdidas del 3,61 y 3,66 por ciento del Dow Jones y del Nasdaq neoyorquinos, completaron la jornada negra que vivieron las bolsas en Europa, donde las mayores caídas llegaron hasta el 6,38 por ciento en Amsterdam, el 6,14 en Frankfurt, y el 5,67 porciento en Paris. (Télam)