Buenos Aires, abril 4 (Télam, por Walter Vargas). Basta que Carlos Salvador Bilardo vuelva sobre sus huellas y que Carlos Bianchi se despache con una comparación audaz, para que un buen sector de la grey futbolera, tornadizo, superficial, celebre con bombos y platillos el regreso de una raza jamás extinguida: la delos wines.
Este flamante descubrimiento de la pólvora ha tenido, sin embargo, la virtud de reponer uno de los temas que mayor fascinación ejerce sobre la comunidad tribunera y, al que, exagerando un poco, algunos le atribuyen un estatuto cuasifilosófico: los mentados wines,